Cuando encuentras una configuración gráfica que creas
favorable, es decir, con más probabilidades de moverse a tu favor, tienes que
definir previamente los puntos de
entrada y salida. En este y el siguiente post me voy a centrar en saber
cómo delimitarlos ya que su debido estudio nos dará la ventaja necesaria para
batir al mercado.
Muchos traders se obcecan únicamente en analizar las zonas
de entrada y dejan de lado la parte más importante, que es saber el punto de salida.
Cuando llevas tiempo operando te das cuenta que esto es el campo complicado del
trading y la virtud que diferencia a
los grandes traders.
Como sabemos, es importante tener un ratio de riesgo/beneficio
mayor que uno, de tal manera que el StopProfit debe ser siempre mayor que
el StopLoss. No me exijo el doble ni el triple como hacen otros traders,
simplemente que sea mayor. Como es lógico antes de realizar una posición ya
tenemos que tener en cuenta esta premisa.
Las operaciones, por tanto, se deben tomar con el trade ya
pensado. Sin embargo, a medida que se desarrollan se pueden modificar, ya que
pueden volverse en nuestra contra y podemos decidir cerrar antes de lo
previsto o ir mejor de lo que pensábamos
y decidir aumentar nuestro objetivo. El
trading es dinámico y hay que saber adaptarse, pero ojo, no hay que
interpretar esto de forma errónea, lo que nunca podemos hacer es variar nuestro
plan de pérdidas, tenemos que ser disciplinados y saber asumirlas.
Cuando hayamos fijado nuestra máxima pérdida, ya podemos
buscar nuestro objetivo. Yo siempre recomiendo que la salida sea técnica, es
decir, en lo que yo llamo zonas
conflictivas (líneas de tendencia, máximos/mínimos, pivots, fibos, etc.),
pero también se pueden buscar objetivos fijos en una operativa más scalping,
por ejemplo, ir a por “X” pips. Yo suelo tratar de combinar ambas modalidades,
dependiendo del activo, su volatilidad, el rango de la sesión…
Por lo tanto, conocemos la teoría (la práctica llega sola
con el tiempo), entonces ¿por qué seguimos cometiendo siempre los mismos
errores? La respuesta es sencilla y contundente: porque somos tremendamente
cabezotas y nos creemos mejor que el resto. Luego, tras recibir unos cuantos
palos, nos damos cuenta de la realidad, ante la cual, solemos recurrir a
traders con experiencia que nos confirman lo que sospechábamos. Su éxito recae en una disciplina y un
control emocional enorme.
En el próximo post, para su mejor compresión, trataré de
explicar con ejemplos prácticos el mensaje de este artículo.
Saludos.
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