En la guerra no hay amigos, eso me enseñaron en la base.
Ideas firmes, mente clara, piensa el soldado mientras observa el escenario por
la mira de su fusil. El entrenamiento había sido cristalino, no salirse de la
posición y solo disparar si sale el blanco.
En el flanco derecho percibo una luz, movimiento de unas
cajas a la izquierda, y el ruido de una puerta definitivamente desata mis
nervios. Este tipo de situaciones no las he vivido en el cuartel, el
entrenamiento era bastante más sencillo con maniquíes y mis compañeros. Aquí,
solo ante el peligro caigo presa de mis nervios y decido actuar. Actuar fuera
del guión, de mis órdenes. Salgo de mi posición para coger mejor ángulo sobre
mi derecha cuando esa luz, antes intermitente, avanza sobre mi posición cegándome
por momentos, reculo y pierdo la vista de la mira por unos segundos, tiempo de
sobra para percibir movimiento en la zona y sonidos de gente. No estaba solo.
El miedo se apodera de mí e intento cubrirme detrás de una pared, dejando mi
puesto vacio. El enemigo avanza, estaba perdido. El cazador había sido cazado.
Extrapolemos al trading. Nosotros somos cazadores de
oportunidades. Ventanas de altísima probabilidad que solo conseguiremos
aprovechar si seguimos un plan de forma férrea. Disparar cuando salga el blanco
y esperaramos. Siempre estaremos cubiertos por el stop (jamás abandonarlo) y
confiemos en nuestro entrenamiento para hacerlo igual en el real. Operar fuera
del guión hace que perdamos toda ventaja. Trader y cazador, historias
paralelas.
¡Saludos y buen trading!
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